Identidad es compromiso

Una identidad comprometida

1 Pedro 2:1-4
Serie: IDENTIDAD INCONMOVIBLE.

1 Pedro 2:1-4
1 Desechando, pues, toda malicia, todo engaño, hipocresía, envidias, y todas las detracciones, 2 desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación, 3 si es que habéis gustado la benignidad del Señor. 4  Acercándoos a él, piedra viva, desechada ciertamente por los hombres, mas para Dios escogida y preciosa,

 
Esta sección es bien gráfica y clara al expresar las decisiones de un cristiano que ha nacido de nuevo. Para mostrarlo de una manera más didáctica podemos comenzar por el verso 3 para luego contraponer el 1 y el 2. En dicho caso comenzaríamos con la siguiente frase: “si es que habéis gustado la benignidad del Señor”. Esta frase indica una introducción que refuerza totalmente el sentido de desechar y desear. Es decir, si alguien ha probado, gustado, experimentado, la bondad  la benignidad del Señor, entonces desechar todo lo malo y desear incondicionalmente su palabra se transforma en una forma de vida evidente y manifiesta. Se trata de una decisión muy fácil cuando alguien se abrazó a la gracia.
 
Salmos 34:8
Gustad, y ved que es bueno Jehová; dichoso el hombre que confía en él.

 
Desechar
…Desechando, pues, toda malicia, todo engaño, hipocresía, envidias, y todas las detracciones.
 
Desechando significa que debe haber una separación, esto hace referencia a cosas que hay que poner lejos, distantes, de lo cual hay que apartarse. Esta palabra proviene del griego apotídsemi y está compuesta por dos palabras, por un lado la partícula apo: “lejos” o “fuera” que refiere a una separación, y por otro lado, la palabra tídsemi: “colocar”, y es traducida como despojar (Efesios 4:22)  y desechar (Romanos13:12). La mayoría de las veces está hablando de una separación del pecado, de poner afuera las obras de las tinieblas.
Veamos los siguientes ejemplos: “Desechemos, pues, las obras de las tinieblas, y vistámonos las armas de la luz” (Romanos 13:12), “En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente (Efesios 4:22-23), “Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo; porque somos miembros los unos de los otros” (Efesios 4:25), “Pero ahora dejad también vosotros todas estas cosas: ira, enojo, malicia, blasfemia, palabras deshonestas de vuestra boca” (Colosenses 3:8), “despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia” (Hebreos 12:1), “desechando toda inmundicia y abundancia de malicia, recibid con mansedumbre la palabra implantada, la cual puede salvar vuestras almas (Santiago 1:21)”.
 
La palabra “desechar” es una palabra muy fuerte en el idioma español y nosotros por conocer el  vocabulario “cristiano” nos hemos familiarizado al punto de no darle el énfasis que este tiene. “Desechar” habla de deshacerse de algo, de abandonar, de menospreciar algo, y en la Palabra de Dios esta expresada en casos en que hay que rechazar profundamente al pecado. Nosotros no usamos mucho la palabra desechar en la vida diaria porque justamente tiene un contenido muy fuerte y de elevado compromiso, porque al decir “yo desecho algo” estoy comprometido con mi pensamiento de entender que “yo desapruebo eso que rechazo”.
Desechar está definido en el diccionario de esta manera: 1. Apartar [una persona] de sí a alguien o algo que resulta inútil, incómodo o molesto. 2. Rechazar o no considerar o tener en cuenta algo, especialmente una propuesta, una petición, una idea, etc. 3. Dejar de usar una cosa por resultar esta inútil. Y de hecho nosotros no andamos por la vida diciendo: desecho esto o aquello, desechemos esto, te desecho, no me deseches, eres desechable, porque sabemos que si uno lo dice seguramente tendrá consecuencias en las relaciones o en las situaciones.
 
Habiendo puesto de manifiesto el significado de esta palabra volvamos al texto de Pedro y leamos haciendo nuestro el compromiso: “Yo desecho / me deshago / abandono / rechazo / aparto / desapruebo / me deshago de toda malicia, todo engaño, hipocresía, envidias, y todas las detracciones”.
Yo estoy comprometido con Dios, yo gusté la benignidad de Dios, yo desecho todo lo que me hace mal, yo hago lo bueno delante de los ojos de Dios.
 

Desear
…desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación.
 
La palabra “desear”, del griego epipodséo, nos habla de anhelar intensamente. Hay detrás de esto unas intensas ansias espirituales, porque el desear la palabra es posible cuando tenemos el espíritu de Dios y estas ansias y estos deseos son solo posibles porque hemos probado la bondad del Señor (1 Pedro 2:3).
Una vez que hemos entendido que debemos comprometernos a dejar los malos hábitos que nos dañan el apóstol Pedro nos introduce a un buen hábito que es fundamental practicar: desear lo que es realmente bueno, esto es la Palabra de Dios. Entonces, lo que hay que hacer es desear la leche espiritual pura, la cual nos hará crecer con el objetivo de ser salvos definitivamente.
 
Lo que resalta en esta parte es el modo y la forma: haciendo una comparación con los niños recién nacidos. Aquí la comparación no tiene nada que ver con la comparación que hace el apóstol Pablo de aquellos hermanos inexpertos, incapaces, inmaduros (1 Corintios 3:2, Hebreos 5:12-13), sino que hace referencia al anhelo por la palabra así como un recién nacido desea la leche. Un anhelo enfocado en la nutrición, en las cosas que sustentan, en donde más allá de cualquier otra cosa lo principal es recibir el alimento principal, lo cual nos hará crecer y nos dará salvación. La palabra de Dios es un sustento esencial para la vida y el desarrollo.
 
A este punto también, si es que advertimos que nuestra vida no está creciendo, que estamos estancados, que hay fallas que no nos dejan avanzar, etcétera, aquí tenemos un consejo evidente que nos abre los ojos: debemos desear nutrirnos con gran anhelo y apetito de la Palabra pura y perfecta de nuestro Dios. Debo buscar cuando tengo un síntoma de una enfermedad espiritual la respuesta a cómo enfrentar cada situación por medio de este libro increíble que es la Palabra escrita de Dios para ser revelada en sus hijos.
 
La diferencia se hace muy clara entonces entre lo que hay que “desechar” y lo que hay que “desear”. Es una contraposición muy fuerte y evidente y  nosotros debemos tomar esas decisiones que realmente cambian nuestras vidas y las van a seguir cambiando constantemente hasta la salvación final, salvación en la cual estamos esperanzados. Si ya hemos probado lo bueno que es el Señor, si ya hemos gustado el alimento espiritual y todas sus delicias entonces tendremos un anhelo ferviente de acercarnos a su ley.
 

Piedra viva
Acercándoos a él, piedra viva, desechada ciertamente por los hombres, mas para Dios escogida y preciosa
 
Acercándonos a Él. Aquí Pedro enfatiza la frase “acercándonos a Él” con lo que viene hablando sobre anhelar, desear y ansiar. Si nosotros tenemos esa pasión por saciarnos en su palabra estamos acercándonos a Él. Anhelar es acercarse, desear es allegarse, es participar de Dios como escogidos. Esta es una acción duradera y continua de establecer una relación con el Señor. Por esto, si hemos gustado y experimentado de su gracia (1 Pedro2:3, Salmos 34:8) nuestra constancia no va a desfallecer en fortalecer esta unión.
 
Desechado por los hombres. La palabra “desechar” hace referencia a Cristo, en este caso este término está vinculado con las siguientes expresiones: Reprobar, desechar, rechazar como indigno o inconveniente. Lo cual es bastante chocante cuando leemos el versículo 1 acerca de los hábitos nocivos y dañinos, porque si nosotros no rechazamos de manera repulsiva las prácticas indignas o inconvenientes, lo que estamos haciendo es repitiendo el mismo rechazo que muchos de los hombres tuvieron con Cristo. Es decir, los hombres rechazaron a Cristo y prefirieron la malicia, el engaño, la hipocresía, las envidias y ser calumniadores. No rechazar las hábitos del mundo es rechazar a Cristo.
 
Podemos ver como el Santo por excelencia fue hallado indigno por los hombres, porque les era inconveniente a su forma de vida, porque Él era sus conciencias. Los que tildaron a Cristo como alguien inconveniente tenían una vida inmoral, indecorosa, vil, ofensiva, etcétera, y no querían renunciar a sus pecados. El contraste queda bastante marcado: Los indignos, para ocultar su  propia indignidad y vergüenza, decidieron vestir de indignidad a aquel único ser perfecto, puro, y santo que vivió sobre la tierra.
 
Nosotros estando hoy posicionados en Cristo somos rechazados y nos ven como indignos, de la misma manera en que los hermanos a quienes Pedro dirigió su carta fueron considerados. Pero para Dios somos escogidos y preciosos así como estimo a su hijo como escogido y precioso.
 
Debemos ser sinceros en este punto y declarar nuestro compromiso con el Señor. Cada uno debe declara de manera personal: Yo estoy comprometido con Dios, yo rechazo lo indigno y acepto a Cristo como único digno a quien yo deseo con ansias y con quien cada día establezco lazos en una relación personal.
 

Por Dios escogida
…mas para Dios escogida y preciosa
 
Escogido habla de selecto y favorecido y si bien la referencia directa es a nuestro Señor Jesucristo, como lo podemos ver en los versículos 6 y 7, también es una palabra de aliento para aquellas personas que estaban siendo marginadas socialmente (Recordemos de la elección mencionada en el segundo versículo al inicio de esta carta), por esto podemos ver más adelante que el apóstol habla justamente de linaje escogido (1 Pedro 2:9) para referirse a los santos en Cristo. Otra referencia interesante de este fragmento es la referencia a Cristo como Piedra Viva para luego hacer un paralelismo con los cristianos como piedras vivas en el versículo 5.
Pedro expresa la idea de que la marginalidad sufrida por Cristo y por sus seguidores no tiene incidencia en sus destinos, porque de todas maneras son poseedores de todo aquello que ha sido prometido: Porque han sido escogidos y selectos, también han sido favorecidos con grandes promesas irrevocables.
 
Podemos mencionar algunas promesas. Jesucristo, en el evangelio de Marcos, expresó una promesa increíble, firme y dispuesta para los escogidos en su venida: “Y entonces enviará sus ángeles, y juntará a sus escogidos de los cuatro vientos, desde el extremo de la tierra hasta el extremo del cielo” (Marcos 13:27). En el evangelio de Lucas también Jesús dice: ¿Y acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a él día y noche? ¿Se tardará en responderles? Os digo que pronto les hará justicia. Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra? (Lucas 18:7-8).
 
Toda la palabra de Dios tiene promesas hermosas e increíbles para los que han sido escogidos, pues obtendremos justicia y vida eterna como leímos recién, pero una de las cosas mas hermosas es que Él nos ve de la misma manera en que ve a su hijo Jesucristo.
 

Por Dios preciosa
…mas para Dios escogida y preciosa
 
La palabra preciosa aquí habla de muy apreciada, muy querida, valiosa, distinguida, estimada, honorable. Por esto es muy violento escuchar de qué manera fue desechado Jesucristo, pero alentador porque ha sido escogido por Dios.  De la misma manera, así como fue tenido en poca estima y visto como desagradable y despreciado, Jesucristo es precioso para el Padre.
De esta forma Dios nos ve a nosotros. Cuando nadie te dice escogida y preciosa, elegida y valiosa, Dios si te ve de esa manera. Cuando te rechazan, no te tienen en cuenta y te desestiman, el Señor te ve escogida y preciosa, simplemente porque eres “SU escogida” y “SU preciosa”. Cuando te abominan y te rechazan y repugnan, el Señor es quien te ampara y te dignifica. Cuando te dejan de lado y menosprecian, Dios te dice que eres su elección íntima, que eres valioso, distinguido y honorable. Tú eres esa piedra viva, escogida y preciosa. Nosotros somos esas piedras vivas por medio de Jesucristo, preciosas (Casa espiritual y sacerdocio santo) y escogidas (Para ofrecernos como sacrificios espirituales aceptables) (1 Pedro 2:5).
 
¡Estás comprometido con Dios! ¡Has gustado su benignidad! Desecha todo lo que te hace mal y haz lo bueno delante de los ojos de Dios. Tenés que rechazar lo indigno y aceptar a Cristo como único digno. Acercate con ansias y establecé lazos todos los días en tu relación personal con Dios.
Eres una piedra escogida y preciosa. Estás del lado correcto.
 
Apocalipsis 17:14
Pelearán contra el Cordero, y el Cordero los vencerá, porque él es Señor de señores y Rey de reyes; y los que están con él son llamados y elegidos y fieles.

 
Amén.
 
 
 

Predicación del 17-9-2017
CASA BÍBLICA ARGENTINA
www.casabiblica.org

 

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