No vas a caer jamás - Exposición Bíblica

2º Pedro 1:10

El título de esta exposición bíblica es: “No vas a caer jamás”. Es una frase optimista, fuerte, radical, arriesgada, muchos podrían decir atrevida y otros ingenua. A todos nos gustaría no volver a caer jamás.
Todos alguna vez hemos tropezado y caído, nos hemos lastimado, hemos hecho el ridículo en público, hemos dado un mal paso en las escaleras, etcétera.
Todos nos hemos caído físicamente pero hay una promesa en la palabra de Dios que dice que espiritualmente no vamos a caer más. 

Si hoy les digo que hay un contrato que dice que no van a caer de la “amplia y generosa entrada al reino de los cielos”, ¿estarían dispuesto a firmarlo?
La buena noticia es que si “has confesado con tu boca que Jesús es el Señor, y has creído en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, eres salvo” (Romanos 10:9) y por lo tanto has firmado y aceptado un contrato que te hace participante de la naturaleza divina con grandísimas promesas (1 Pedro 1:4).

Para no caer jamás, o mejor dicho, para tener la plena seguridad de acceder al Reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo debemos practicar ciertas cosas.
Hay hábitos que hay que incorporar y hacer de ellos una práctica constante. Si tenés estos hábitos no vas a tener la vista corta, no te vas a volver ciego, no te vas a olvidar de sus mandamientos, no te vas a caer jamás

Estas condiciones (Vocación, aptitud), sus respectivas prácticas y estos hábitos saludables, son los siguientes: 1. La condición de tener Fe y vivirla, 2. La condición de ser virtuoso (G703. Virtud v5, excelencia v3) y excelente según Jesucristo (características nobles que te distinguen), 3. La capacidad de conocimiento la voluntad de Dios, 4. Saber controlarse y dominarse a uno mismo, 5. Practicar la paciencia y la constancia con perseverancia, 6. La sumisión y la devoción al Señor (Piedad), 7. Cultivar el amor y los lazos de afecto entre hermanos de la congregación, 8. La condición de permanecer en amor y la necesaria ejercitación.

Leamos el texto que da título a esta exposición bíblica: 2º Pedro 1:10-11: “10 Por lo cual, hermanos, tanto más procurad hacer firme vuestra vocación y elección; porque haciendo estas cosas, no caeréis jamás. 11 Porque de esta manera os será otorgada amplia y generosa entrada en el reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo”.

Esta es una promesa que dice que entraremos al reino eterno si procuramos con firmeza nuestra vocación y elección.

Vocación quiere decir que estamos aptos para algo específico. Nosotros tenemos una orientación vocacional que dice que el camino es Jesucristo, una dirección, objetivos, metas, de acuerdo a nuestra identidad y genética.

La elección hace referencia a que sabemos que fuimos elegido por Dios por que nuestra FE es evidencia de los propósitos de Dios en nuestras vidas. Sabemos que nos eligió porque si no NO estaríamos aquí. Dios tiene planes para cada uno de nosotros.

Procurar con firmeza, con empeño, con insistencia, con convicción,  es generar hábitos saludables, es tener comportamientos habituales que generen y provoquen en nosotros  una conducta. El texto bíblico dice: “haciendo estas cosas”, es decir, practicando, ejercitando, adiestrándonos, haciéndonos especialistas en “estas cosas”.
Estas cosas son los 8 hábitos que hemos mencionado: 

Verso 5: 1. Fe, 2. Virtud, 3. Conocimiento.
Verso 6: 4. Dominio propio, 5. paciencia, 6. piedad.
Verso 7: 7. Afecto fraternal y 8. amor.

Hábito es tener una práctica habitual, la obediencia a su palabra genera gobierno, y cuando Dios gobierna, lo que tenemos es un comportamiento santo… es una práctica o costumbre que la podemos sostener en el tiempo logrando resultados cada vez mejores. Por ejemplo, si yo hago siempre la misma práctica voy a perfeccionar la forma de realizarla, voy a mejorar reduciendo el tiempo, maximizando los recursos, etcétera.

Ejemplo 1: Un corredor al principio seguramente se va a cansar rápido, se le va a acelerar el pulso y el aparato cardiovascular lo va a dejar sin respiración. Seguramente terminará cansado, con dolores musculares, etcétera. Con el tiempo va a comenzar a correr más distancias, a cansarse menos, a rendir más. Ya no le va a doler tanto el cuerpo y la velocidad va a ser cada vez superior. Etcétera.
Ejemplo 2: Generar la conducta de saludar; de decir: gracias, por favor, permiso, te amo, te necesito, me hacés falta; de perdonar, etcétera.

Podemos pensar infinitos casos, pero la realidad es que la práctica habitual de algo se transforma en un hábito (Hablando de hábitos saludables según Cristo y no los que son perjudiciales). Ese hábito, es un comportamiento habitual que se transforma es una conducta, la cual va a comenzar a generar grandes beneficios. Jesucristo nos dice, por medio del apóstol Pedro, que estos hábitos van a impedir que nos caigamos de algo tan seguro como la entrada al reino eterno. Estos hábitos son el proceso frecuente de la santificación.

Vayamos a los siguientes versículos:

2º Pedro 1:3-4
3 Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia,
4 por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia.

Tenemos una identidad, fuimos llamados, este es nuestro estado, poseemos una condición de acuerdo a nuestra FE. Creemos que Dios ha mandado a su hijo Jesucristo y por medio de la FE ahora tenemos una nueva vida, un nuevo ADN, entonces por medio de su divino poder tenemos promesas preciosas y cosas que pertenecen a esta vida, a esta devoción. Hemos sido llamados, tenemos una vocación, somos aptos para participar de esta naturaleza divina. Todo esto es por medio de la FE, que es el primer punto de los  hábitos que hemos mencionado. 
Dios nos da todo esto, nos ha dado grandes cosas. Ahora debemos buscar madurez y crecimiento espiritual. Es un proceso de caminar por la vida con objetivos claros y con la madurez organizativa de lograrlos. Debemos entregarnos por completo cada día a esos propósitos. Dicho en palabras fáciles: debemos tener una conducta que nos lleve a nuestro objetivo. Nuestros hábitos nos permiten mejorar profundamente.  

Leamos la siguiente cita:
2º Pedro 1:5
vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento…

Debemos tener TODA diligencia, esforzarnos para tener una conducta según Dios (2º Pedro 3:14: “Procurad con diligencia ser hallados por Él sin mancha e irreprensibles, en paz”) para tener y poseer esas cosas que nos identifican. La FE es la primera en la lista y el apóstol la da como un hecho, no duda en ningún momento de que la tengamos, a esa FE además tenemos que acompañarla de virtudes.

1) Fe: Nos da la condición de ser hijos de Dios (Juan 1:12-13) y nos llama a la acción como vocación. 
2) Virtud (arete/ἀρέτη G703). Toda virtud digna de alabanza (Filipenses 4:8). Las virtudes de Jesucristo (1 Pedro 2:9). Todo lo que viene de su excelencia (2 Pedro 1:3).
3) Conocimiento: Por medio de la FE podemos conocer a Dios, ese conocimiento nos lleva a sus virtudes. Pero por sobre todo al conocimiento de su voluntad. El conocimiento nos lleva a saber como es nuestro Papá celestial y nos lleva a querer ser como Él.
4) Dominio propio: Es un fruto del espíritu (Gálatas 5:23. ἐγκράτεια/enkráteia G1466, templanza) que nos capacita para no caer ante las tentaciones (2 Timoteo 1:7). 
5) Paciencia: Es la constancia, es la capacidad de soportar en las dificultades. Es lo opuesto a la impaciencia, a angustiarse ante las situaciones, a la intolerancia, etcétera. Es la capacidad de permanecer firmes en la FE. La paciencia y la perseverancia tienen que ver con la fidelidad (Santiago 1:3-11).
6) Piedad: (eusébeia G2150): Devoción y fervor hacia Dios. Es la responsabilidad que tenemos de agradar a Dios en todas las áreas de nuestras vidas. La piedad tiene que ver con el temor reverente hacia Dios para tener una vida en la que Dios se complace. Nos produce una conducta santa.
7) Afecto fraternal: El amor hacia los hermanos. El amor es el vínculo perfecto (Colosenses 3:14). El amor tiene la virtud de unir como une un pegamento, un adhesivo o un adherente, es ese lazo de unión que nos vincula unos a otros como partes necesarias e interdependientes dentro del cuerpo de Cristo.
8) Amor.

Debemos tener y abundar en todas “estas cosas”. Si esto pasa entonces no vamos a estar ociosos ni sin frutos. No vamos a ser inútiles y/o improductivos. No vamos a ser obstinadamente ciegos. 
No crecer en las virtudes cristianas provoca estancamiento, retroceso y rechazo a las cosas que convienen. Por eso debemos hacer un esfuerzo, practicar diligencia y no ser negligentes. Porque haciendo estas cosas no vamos a caer jamás.

2º Pedro 1:9
Pero el que no tiene estas cosas tiene la vista muy corta; es ciego, habiendo olvidado la purificación de sus antiguos pecados.

2 Pedro 1:10
Por lo cual, hermanos, tanto más procurad hacer firme vuestra vocación (G2821. Una condición, un estado, un llamado: Salvos) y elección (G1689. Haber sido escogidos, selectos, elegidos por Dios); porque haciendo estas cosas, no caeréis jamás.

Así que sabiendo todo esto de antemano, porque su palabra nos alienta a permanecer firmes y en constante santificación, debemos guardarnos. El Señor viene pronto y si hemos guardado su Palabra, Él nos guardará a nosotros. Que nadie tome tu corona.

2 Pedro 3:17
Así que vosotros, oh amados, sabiéndolo de antemano, guardaos, no sea que arrastrados por el error de los inicuos, caigáis de vuestra firmeza.

Apocalipsis 3:10-11
10 Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra. 11 He aquí, yo vengo pronto; retén lo que tienes, para que ninguno tome tu corona.

Pedro cierra este segmento de su carta diciendo que no va a dejar de recordarles estas cosas. Aunque lo sepan, Pedro dice que seguirá ocupándose de recordarles confirmando cada verdad (2º Pedro 1:12.). Pedro habla de que hacer esto es justo, es parte de la práctica de la justicia, es parte de despertar, avivar, estimular con aliento (2º Pedro 1:13), ánimo e inspiración. El apóstol Pablo también había dispuesto su corazón para repetir, escribir y recordar (Filipenses 3:1), es por esto que dice que hacer esto es entrar en una zona segura.
Pedro, además, va un poco más allá porque va a procurar después de muerto que haya memorias de todo esto (2º Pedro 1:14-15). Esto sí que es un plan estratégico de promover los valores del reino para la práctica de esos hábitos celestiales que producen y establecen una zona segura para la salvación. Se trata de no caer jamás de esa gracia.

Pedro escribió esta carta para que sea ese memorándum para perpetuar su insistencia en las cosas santas. Hay varias formas de procurar que las cosas tengan memoria: escribir mandamientos, la correspondencia epistolar, la preparación de personas para el ministerio, etcétera, pero sea cual sea la forma el objetivo es el mismo, que todos podamos tener herramientas para hacer de nuestros hábitos una práctica constante de la santidad y la santificación de nuestras vidas. Practicando “estas cosas” NO VAS A CAER JAMÁS.


Por Carlos Samuel Mansilla





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