FE visual | Carlos Samuel Mansilla

Lectura guía: Marcos 2:1-5.
Por Carlos Samuel Mansilla. 

Marcos 2:1-5
1 Entró Jesús otra vez en Capernaum después de algunos días; y se oyó que estaba en casa. 2 E inmediatamente se juntaron muchos, de manera que ya no cabían ni aun a la puerta; y les predicaba la palabra. 3 Entonces vinieron a él unos trayendo un paralítico, que era cargado por cuatro. 4 Y como no podían acercarse a él a causa de la multitud, descubrieron el techo de donde estaba, y haciendo una abertura, bajaron el lecho en que yacía el paralítico. 5 Al ver Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Hijo, tus pecados te son perdonados.

Jesús, al reconocer, comprender y ver la FE, actuó en favor de ellos, dándoles lo que ellos habían buscado. ¿Qué es lo que vió Jesús? Vio FE.
¿Cómo puede ser visible la FE? ¿Que es lo que exactamente vio y observo Jesús? De ahí que vemos la historia increíble que más allá de llamarse “Jesús sana a un paralítico” podría llegar a llamarse “La FE de los cuatro” o “UNA FE VISUAL”.


ACERCARSE A JESÚS
¨…Entonces vinieron a él unos trayendo un paralítico, que era cargado por cuatro…”

Acá hay cuatro protagonistas, con el paralítico eran cinco, pero Jesús al ver la FE da a entender que era la FE de los cuatro. Dice el versículo 3 que vinieron  a él UNOS, trayendo un paralítico, y que eran CUATRO. Si bien el paralítico está en la escena y confirmado también por los evangelios de Lucas (Lucas 5.17–26) y Mateo (Mateo 9.1–8;), podemos ver que esos “cuatro”, esos “unos”, estaban realizando algo prodigioso.

Ellos se acercaron, dieron el primer paso: Acercarse a Jesús. Que ellos tomaran esa decisión de acercarse estaba indicando que ellos entendían que Jesús podía darles lo que ellos querían, que podían recibir el milagro que tanto buscaban, que la Salvación estaba esperándolos dentro de esa casa inaccesible. Sabían que Jesús tenía la respuesta, la solución, ese algo sobrenatural que sólo Dios podía hacerlo de forma sobrenatural.
Ellos sabían que no había ningún ser humano que pudiera darles lo que sólo Jesús, el hijo de Dios, podría hacer.

Entonces vinieron a Él esos “unos”, esos “cuatro”. Unos que en medio de todos, tenían FE, unos que resaltaban por sobre los demás por algo que ardía en el interior de ellos. Algo que después, Jesús observaría y destacaría: FE.

Pero lo FE no es solamente ese primer paso, porque la FE también tiene otros componentes, se nutre de otras cosas, está sustentada por la acción que conlleva esa FE.


LOS “NO” EN NUESTRAS VIDAS
“…Y como NO podían acercarse a Él…”

De pronto, cuando se acercaban con expectativas, cuando sabían que todo valía la pena, vino una frustración y se encontraron con un impedimento.
Y es muy común encontrarnos con impedimentos, de esos que cuando los vemos, como una gran pared, de pronto aniquilan nuestras expectativas. Las expectativas de pronto son derrotadas por la realidad, pero en esa realidad lo que hace la diferencia es cómo reaccionamos y nos comportamos cuando la enfrentamos. Nosotros hacemos la diferencia de acuerdo a la manera en “qué” y en “cómo” respondemos y actuamos.

¿Que hacemos ante las barreras? ¿Nos frustramos? ¿Nos desconsolamos? ¿Lloramos? ¿Le echamos la culpa a otro?
Imaginemos que en esta situación ellos hayan reaccionado diciendo: ¿¡Para que vinimos!? ¿¡Fue idea tuya!? ¿¡A quién se le ocurrió!? ¿¡Yo se los dije y no me escucharon!? ¿¡Yo sabía que esto iba a pasar porque a mi nunca me viene una buena!?

¿Qué hubiéramos hecho nosotros? Quizá hubiésemos comenzado a buscar culpables, a sentirnos incapaces, abrumados, sobrepasados, fastidiosos, enojados, enfurecidos con el mundo, etcétera. Ellos vieron que NO PODÍAN ACERCARSE a Él.

Los “NO” de la vida no los iban a detener. No estaban dispuestos a aceptar en “NO” como respuesta. Los “NO VAN A PODER” no estaban entre sus opciones.
La FE tiene ese componente de NO aceptar “los NO” como opción. Para acercarnos a Jesús “los NO”, no nos detienen. La FE nos impulsa a superar toda negativa.
¿Cómo esta tu FE?


LAS CAUSAS QUE NOS IMPOSIBILITAN
“…a causa de la multitud …”

Había una causa para esa imposibilidad y eran las personas. Una multitud que estaba en el medio entorpeciendo el acceso.
Y eso también a veces nos pasa a nosotros, la multitud, y todas esas personas que están en el medio, las que se interponen, son las que nos afectan. Esa multitud es la que nos aflige, nos inquieta, están entre Jesús y nosotros impidiéndonos la comunión directa. Y esas personas muchas veces no están físicamente sino que están espiritualmente, metiéndonos cosas en la cabeza, murmurando para que nos desviemos, para sacarnos la paz, poniendo en nosotros gérmenes de maldad, pensamientos malos e impuros. La biblia es clara cuando dice, maldito es el hombre que confía en el hombre (Jeremías 17:5, Salmos 118:8; 146:3-4), es decir, si alguien en vez de traer a tu vida lo que viene de Dios y de su palabra, trae otra cosa, entonces no debes confiar en mensajeros de satanás que sólo quieren perturbar aún llamándose hermanos o cristianos.

Y ahí estaba la multitud de voces, de personas, de gente que generaban una imposibilidad para ellos. Pero la reacción de ellos no fue ofuscarse, confundirse, ni paralizarse sino buscar una forma de llegar a Jesús sin importar que.

No nos paralizamos, ni retrocedemos. Dice Hebreos 10:39: “Pero nosotros no somos de los que retroceden para perdición, sino de los que tienen fe para preservación del alma”.


MAS ALLÁ DE LAS CONTINGENCIAS
“…descubrieron el techo…”

Parar llegar a Jesús subieron al techo y lo abrieron. No les importó la multitud, o las barreras que tenían por delante, sino que fueron por encima de los problemas. Literalmente pasaron sus dificultades y obstáculos por arriba.
Buscaron otro lugar, otro punto de vista, otra posición, un acceso que les permita llegar a Jesucristo. Eso se llama: No quedarse estremecidos o petrificados en la primera dificultad.
La vida siempre va a estar llena de pruebas, barreras o situaciones que se interponen, pero nosotros debemos mirar por encima de las dificultades es ir más allá de las contingencias. Tenemos que accionar ese mecanismo que nos lleve desde el “querer hacerlo” hasta el “poder hacerlo” (Filipenses 2:13).

Además, muchas veces estamos posicionados en lugares poco propicios, por lo cual debemos tomar una posición distinta, una mirada diferente. Muchas veces estamos ubicados donde no debemos estarlo y es necesario cambiar ese lugar o posición de derrota, de vencidos, para subir por encima de las expectativas ajenas y propias.


CREATIVOS PARA ABRIR POSIBILIDADES
“…y haciendo una abertura, bajaron el lecho en que yacía el paralítico…”

Luego abrieron el techo. A quién se le puede ocurrir romper el techo de una casa para entrar adentro.
Hay que tener ganas, coraje, corazón, valentía, ocurrencia, creatividad y además una cuota de picardía. ¿Quién era el que iba a responder por esta rotura? Quizá habrían pensado en algo, no tenemos formas de asegurarlo, pero sabemos exactamente que mas allá de todo, ellos tomaron una decisión imparable y continuaron adelante.

Si! Actuaron y llevaron a cabo un acto increíble de manera creativa para abrirse camino a las posibilidades. Procuraron de tal manera que fueron capaces de romper el techo. Procuraron de tal manera que hicieron una abertura impensada.

Pensemos en nosotros, piensa en tu vida:
-Procuraste de tal manera que derribaste todas las paredes que se te interpusieron.
-Procuraste de tal manera que nadie pudo convencerte de lo contrario.
-Procuraste de tal manera que no escuchaste las voces de ninguno.
-Procuraste de tal manera que abriste una entrada a un lugar imposible.
-Procuraste de tal manera que ningún vicio te domesticó.
-Procuraste de tal manera que nadie ha podido derribarte.
-Procuraste de tal manera que fuiste capaz de dejar tu vida de pecado atrás.
-Procuraste de tal manera que… (Escribe tus propias líneas)

Vos podés hacer una abertura, una puerta, una entrada, abrirte camino para Jesús.


UNA FE VISUAL
“…Al ver Jesús la fe de ellos…”

Jesús vio la FE de ellos. Vio la acción revolucionaria de unas personas que estaban dispuestas a romper el techo, a superar toda barrera.

Jesús VIO la FE de ellos:
- Vio que estaban decididos a acercarse y llegar a Él.
- Vio que para acercarse nunca iban a aceptar un NO como respuesta.
- Vio que no les importaban las causas ni los motivos, ni las imposibilidades y que no estaban dispuestos a retroceder.
- Vio que más allá de las contingencias estaban dispuesto a superar los obstáculos y pasar por encima de las dificultades.
- Vio que estaban resueltos a ser creativos y realizar lo que nadie había hecho hasta ese momento para alcanzarlo.

Porque todas estas características son componentes de la FE y nadie puede decir que tiene FE sin la evidencia de la acción que expresaron estas cuatro personas.

Jesús VIO la FE de ELLOS, de CUATRO personas dispuestas a llegar hasta Él sin importar el costo, el ridículo, el que dirán, la sociedad, las multitudes, las barreras. Jesús vio la FE de ELLOS.

La FE tiene esos componentes que no se pueden separar, porque tiene un funcionamiento integral con la acción, los frutos, la decisión firme, la fuerza para superar obstáculos. La FE es creer llevando a cabo las acciones necesarias, extraordinarias y revolucionarias para alcanzarlo. Ejemplos: Noé, Abrahán, Sara, José, Moisés, y muchos otros (Hebreos 11:7-40).

La Fe sin evidencia concreta es muerta (Santiago 2:17), porque la FE actúa de forma integral y conjunta con la evidencia, es complementada y perfeccionada con los hechos y el hacer cotidiano (Santiago 2:22). El accionar de la FE en nosotros proviene del amor (Gálatas 5:6), lo demás no vale nada sino tengo amor. Incluso la FE, si no acciona concretamente la evidencia del amor en nosotros, entonces nada somos (1º Corintios 13:2). En definitiva, sin FE es imposible ponerse en acción para agradar a Dios, pero la FE nos posibilita agradarlo, poner manos a la obra de tal manera que la evidencia es indiscutible (Hebreos 11:6). Todos la pueden ver, es visual, es potente, es sobrenatural, Jesús la puede percibir y notar. La FE nos produce gozo indescriptible y glorioso y por sobre todas las cosas, nos da salvación (1º Pedro 1:8-9).


Pensamiento bíblico del 12 de enero de 2020.
Casa Bíblica Argentina



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