No vas a estar ciego jamás - Exposición Bíblica


(Ver video ilustrativo)



Podemos ver que las personas del video no están ciegas. Tampoco sufren de afecciones visuales que los perjudiquen al momento de caminar. Tampoco tienen problemas motrices. Pero la característica que los identifica a todos en este video es que han sufrido una caída, un golpe, y hasta casi han estado cerca de la muerte.

Estas personas no están ciegas pero han decidido enfocarse en algo específico y han descuidado los sentidos y su capacidad de reaccionar. Ellos están atentos sólo a lo que han puesto por prioridad y han decidido estar ciegos a las circunstancias que los rodean.

Esta es una realidad también de muchos que dicen ser cristianos. Ya en tiempos del profeta Isaías Dios se refiere al pueblo como ciegos que tienen ojos y sordos que tienen oídos. No está diciendo que son ciegos o sordos, está diciendo que se han desenfocado, han dejado de lado a Dios y han decidido ser ciegos por su propia cuenta. Han decidido estar del lado de la oscuridad, han decidido amar al pecado, han decidido dejar de practicar lo vida de cristo, etcétera. Pero Dios aún nos llama a su luz admirable:

Isaías 43:8
Sacad al pueblo ciego que tiene ojos, y a los sordos que tienen oídos.

Isaías 59:10
Palpamos la pared como ciegos, y andamos a tientas como sin ojos; tropezamos a mediodía como de noche; estamos en lugares oscuros como muertos.

Este último pasaje habla del pueblo que ha dejado de lado a Dios y está confesando su pecado.
Leamos Pedro:

2º Pedro 1:9
Pero el que no tiene estas cosas tiene la vista muy corta; es ciego, habiendo olvidado la purificación de sus antiguos pecados.
//Cosas: Fe, virtud, conocimiento, dominio propio, paciencia, piedad, afecto fraternal y amor (verso 5 al 7)//

Caso contrario, el que SÍ tiene estas cosas NO tiene la vista corta y NO es ciego. Los que se enfocan valorando otras cosas como importantes en vez de tener como prioridad la vida de Cristo están ciegos y van por la vida chocando y chocando. O mejor dicho chocando contra la vida misma. Tropezando con Cristo. Dice la palabra del Señor: Que desechar a Cristo es rechazar el verdadero fundamento, por eso tropiezan. Rechazar a Cristo es  tropezar con la Palabra (1 Pedro 2:7-8).

1 Pedro 2:7-8
7 Para vosotros, pues, los que creéis, él es precioso; pero para los que no creen, La piedra que los edificadores desecharon, Ha venido a ser la cabeza del ángulo;  8 y: Piedra de tropiezo, y roca que hace caer, m porque tropiezan en la palabra, siendo desobedientes; a lo cual fueron también destinados.

El apóstol Pedro nos marca una grieta, una división, un contraste bien diferenciador. Esta imagen es, por un lado, la de los ciegos que permanecen en lugares oscuros, y por otro, la de los que no son ciegos porque permanecen en la admirable luz de Jesucristo.

1 Pedro 2:9
Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable.

Dios nos sacó de las tinieblas a su hermosa, admirable y sorprendente luz. Nos sacó de una vida que no tenía objetivos, donde no había grandes razones de vivir y nos dio vida juntamente con Él (Efesios 2:5). De este lado de la luz ahora estamos enfocado en lo imprescindible, en una vida de salvación. De esto se trata no estar ciegos.
Otra imagen que nos presenta el apóstol Pedro es la siguiente:

2º Pedro 1:19
Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones.

Nos habla que su palabra funciona como esa antorcha que nos enfoca en lo verdadero, en lo justo, en lo necesario, en lo imprescindible, en lo vital e indispensable, en lo valioso. La palabra de Dios, su modelo de vida, es la que nos da la posibilidad de poder ver y caminar sin tropezar (Salmos 119:105).
Porque teniendo estas cosas: Confianza en Dios (FE), características virtuosas según Jesucristo (virtud), conocimiento de lo que Dios quiere de nosotros (Conocimiento), la posibilidad de poder controlar nuestros impulsos (dominio propio), aguante y tolerancia (paciencia), una vida en devoción hacia Dios (piedad), empeño en cultivar relaciones saludables (afecto fraternal) y amor, entonces NO VAMOS A ESTAR CIEGOS JAMÁS.

Si practicamos estas cosas, el día cada vez va a ser más claro, la mañana va a venir en todo su esplendor, el sol de la mañana  va a reinar en nuestros corazones, y NO VAS A ESTAR CIEGO JAMÁS.

Pablo también nos da una herramienta más:

2 Corintios 4:1-2
1 Por lo cual, teniendo nosotros este ministerio según la misericordia que hemos recibido, no desmayamos. 2 Antes bien renunciamos a lo oculto y vergonzoso, no andando con astucia, ni adulterando la palabra de Dios, sino por la manifestación de la verdad recomendándonos a toda conciencia humana delante de Dios.

Debemos renunciar a todo lo que pertenece a la oscuridad. Por un lado Pablo dice que ya pertenecemos a su reino de luz, por eso hay que hacer el esfuerzo de no desmayar, renunciar y rechazar lo que está en la oscuridad y que es vergonzoso. Por otro lado tampoco hay que cambiar o distorsionar lo que dice la Palabra de Dios, o tomar lo que a mi me conviene y lo que no me gusta dejarlo de lado. No podemos seleccionar sólo lo que nos conviene de la Biblia. Debemos aceptarla toda sin cambiar ni modificar nada.

Si renunciamos a lo oculto entonces no vamos a tropezarnos ni a caer. Pero si estamos enfocados en la oscuridad, entonces vamos a chocarnos y caer de manera ridícula, como ciegos o cortos de vista. Completamos con el siguiente versículo que es casi un espejo de 2 Pedro 1:19:

2 Corintios 4:6
Porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo (Ref. 2º Pedro 1:19).

El apóstol Juan también tiene algo que agregar a esto:

1 Juan 2:8-11
8 Sin embargo, os escribo un mandamiento nuevo, que es verdadero en él y en vosotros, porque las tinieblas van pasando, y la luz verdadera ya alumbra. 9 El que dice que está en la luz, y aborrece a su hermano, está todavía en tinieblas. 10 El que ama a su hermano, permanece en la luz, y en él no hay tropiezo. 11 Pero el que aborrece a su hermano está en tinieblas, y anda en tinieblas, y no sabe a dónde va, porque las tinieblas le han cegado los ojos.

Es bien gráfico Juan al decir que el que no está enfocado en los hábitos de Jesucristo, como el de amar al hermano, va a tropezar. El afecto entre hermanos y el cultivar y profundizar relaciones profundas y eternas con nuestro prójimo es algo que necesitamos practicar. Debemos practicar la vida en la luz, de lo contrario nos vamos a introducir de a poco a las tinieblas, de a poco se nos van a cerrar los ojos y vamos a terminar en las tinieblas. Por más que digamos que amamos a Dios, si no practicamos los hábitos de Jesucristo, de nuestra nueva vida ala que hemos renacido, si no llevamos una vida práctica transformada, vamos a estar en constante retroceso
El conocimiento debe ir acompañado de la práctica, el amor es acción, la Iglesia es movimiento, y el estancamiento es desenfocarse de la salvación.

Leamos Salmos:

Salmos 146:2
2 Alabaré a Jehová en mi vida; Cantaré salmos a mi Dios mientras viva. 3 No confiéis en los príncipes, Ni en hijo de hombre, porque no hay en él salvación. 4 Pues sale su aliento, y vuelve a la tierra; En ese mismo día perecen sus pensamientos. 5 Bienaventurado aquel cuyo ayudador es el Dios de Jacob, Cuya esperanza está en Jehová su Dios, 6 El cual hizo los cielos y la tierra, El mar, y todo lo que en ellos hay; Que guarda verdad para siempre, 7 Que hace justicia a los agraviados, Que da pan a los hambrientos. Jehová liberta a los cautivos; 8 Jehová abre los ojos a los ciegos; Jehová levanta a los caídos; Jehová ama a los justos.

Parafraseemos: Mi vida debe estar enfocada en alabar a Dios todo el tiempo y mientras viva. Tan sencillo como vivir dándole gracias por cada cosa que hago en mi vida cotidiana. No debo confiar en los hombres ni en las cosas de esta tierra porque el único que me da salvación es Dios. Felicidad vas a tener si te aferrás a Dios, aquel que creó todo, que tiene la verdad y la justicia. El te rescata de la esclavitud y te da la vista, te levanta y te ama por hacer lo justo.

En Isaías Dios dice de Jesucristo:

Isaías 42:6-8
6 Yo Jehová te he llamado en justicia, y te sostendré por la mano; te guardaré y te pondré por pacto al pueblo, por luz de las naciones, 7 para que abras los ojos de los ciegos, para que saques de la cárcel a los presos, y de casas de prisión a los que moran en tinieblas. 8 Yo Jehová; este es mi nombre; y a otro no daré mi gloria, ni mi alabanza a esculturas.

Veamos una historia:
Hay una historia en la Biblia que relata cómo el rey de Siria hizo guerra contra Israel e intentó con astucia matar al Rey. Dios fue revelando al profeta Eliseo por donde se movía el ejercito de Siria y entonces este profeta avisaba al rey de Israel para que evite a los sirios. El rey Sirio pensaba que había un traidor entre ellos, pero sus soldados le dijeron que no existía ningún traidor sino que el profeta Eliseo se enteraba de todo porque Dios se lo revelaba. Entonces el rey de Siria enojado envió gente, caballos, carros y todo un ejército contra Eliseo de noche y sitiaron la ciudad. El siervo de Eliseo estaba aterrado y le dijo: ¿Señor mío, que haremos?

2 Reyes 6:16-17
16 El le dijo: No tengas miedo, porque más son los que están con nosotros que los que están con ellos. 17 Y oró Eliseo, y dijo: Te ruego, oh Jehová, que abras sus ojos para que vea. Entonces Jehová abrió los ojos del criado, y miró; y he aquí que el monte estaba lleno de gente de a caballo, y de carros de fuego alrededor de Eliseo.

Pablo oraba de la misma manera:

Efesios 1:18
16 no ceso de dar gracias por vosotros, haciendo memoria de vosotros en mis oraciones, 17 para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él, 18 alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos.

¡No temas! Jesucristo está de nuestro lado. Estando con Cristo el velo es quitado para llevar una vida de victoria. Debemos orar para que el Señor abra nuestros ojos. No debemos permitir que se cierren, con Cristo no existe  ejército que pueda atemorizarnos.

Dice: 2 Corintios 3:16: “Pero cuando se conviertan al Señor, el velo se quitará.”.

Efesios 5:8
Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz

Oremos: Señor, abre nuestro ojos, que cada día podamos ver más, alumbra los ojos de nuestro entendimiento. Necesitamos entender cada ves más cuáles son las riquezas de tu gloria, necesitamos enfocarnos y entender que no hay enemigo que te supere en fuerza. Que podamos descartar lo malo teniendo una vida de hábitos saludables. Ayúdanos a vivir una vida de victoria. Que tu Palabra alumbre como antorcha nuestros corazones para no tropezar jamás.


Por Carlos Samuel Mansilla






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